viernes, 23 de julio de 2010

A veces vas por la vida creyendo que estás despierto y de pronto pasa algo inesperado, algo que te sacude, algo que te despierta.
¿Hay algo capaz de despertarnos del sueño más profundo que es dormir despiertos? Es paradójico, pero creo que no hay mejor despertador que un sueño.
Cuando sos chico tenes algo muy claro, tu juguete preferido es tuyo, si ves que alguien lo quiere sin dudarlo decís “es mío”. Defendes con uñas y dientes lo tuyo, tu juguete, tu lugar, tu novia, pero siempre aparece alguien que viene a disputártelo. Puede ser otra persona o incluso el recuerdo de otra persona, donde había dos ahora hay tres y ya estás en una competencia.
No hay garantía de que el sueño vaya a cumplirse, eso te hace esforzarte para ser mejor, para que elegirse sea algo de cada día. De lo que si hay garantía es que si aspiras a ser mejor no hay manera de que no lo seas.